sábado, 30 de diciembre de 2017

Enfarinats

Els Enfarinats- 28 de diciembre.
No están locos, pero lo parecen. Al menos, un día al año: el 28 de diciembre, dedicado a los Santos Inocentes. Son els Enfarinats, y la ciudad bajo su caprichoso dominio cambia sorprendentemente de ritmo.
Bien de mañana, els Enfarinats (los enharinados) se reúnen junto a la iglesia. Desde allí emprenden una carrera hasta el ayuntamiento, que dista unos 200 metros: en ella, necesariamente, ha de ganar el alcalde de els Enfarinats. En la meta se encuentra el otro grupo protagonista de la fiesta, la oposición, produciéndose el primer enfrentamiento -jocoso, como todo en este día- entre ellos. Antes, se ha llevado a cabo un acto fundamental: el traspaso de poderes del Ayuntamiento real al burlesco.
Sólo hombres casados...
El grupo de els Enfarinats está compuesto por 14 hombres casados; la de casado es una condición absolutamente indispensable. En cuanto al número, es bastante cerrado. Ellos mismos reconocen que no es fácil que nadie entre en el grupo, ya que está basado en una amistad de muchos años y ese es mérito que no se adquiere de la noche a la mañana.
La fiesta, cuyos orígenes históricos no están claros (el antropólogo vasco Julio Caro Baroja relaciona celebraciones semejantes a ésta con las saturnales romanas; por otro lado, tiene elementos netamente carnavalescos), dejó de celebrarse en los años cincuenta. De entonces acá, Ibi ha pasado de ser un pequeño pueblo de apenas 3.000 habitantes a los 20.000 que tiene en la actualidad.
Después del paréntesis, en 1980 se recuperó la Dançà y, al año siguiente, els Enfarinats. Todo ello, en principio, por obra y gracia de un grupo de amigos que se reúne durante el año y participa activamente, no sólo en esta fiesta, sino también en la de Moros y Cristianos.
Los bandos
La víspera del día de Inocentes se lleva a cabo la lectura de diversos bandos -rimados y escritos en valenciano- en los que se pone en solfa a personas e instituciones de la localidad. Si alguien en Ibi no tiene la conciencia tranquila, esa tarde puede pasar un mal rato.
Los cargos de els Enfarinats son los de alcalde, juez, fisco, secretario y cajero. Todos ellos -y el resto del grupo- llevan atuendos de lo más estrafalario y la cara pintada, aunque siempre reconocible. En cuanto a la oposición, el rasgo común es una chistera negra, adornada de estrellas de papel. También son amigos entre sí, fuera de la fiesta; a diferencia dels Enfarinats, éste es un grupo más abierto, pero siempre dentro de unos límites, que les permitan el control y la gobernabilidad. Aquí no hay cargos y, aunque aparentemente els Enfarinats sean los protagonistas, ellos son los primeros en reconocer que "podemos hacer la fiesta gracias a la oposición".
Ruido y pólvora
Al buen humor y entusiasmo -comunes a ambos grupos- hay que añadir el enorme gasto que les supone la compra de cohetes "borrachos" (también llamados "carretillas" o "buscapiés") que pone esa nota de ruido y pólvora, inevitable en toda celebración festiva alicantina. Cerca de mil docenas se queman en algo más de una hora, y en un espacio tan reducido como el de la placita del antiguo Ayuntamiento. Durante ese tiempo, a cualquiera que se le ocurra pasar por allí habrá de sujetarse a las leyes de la fiesta, que imponen una pequeña aportación económica. Si se niegan, ya saben: carretillas a mansalva y un buen baño de harina o polvos de talco.
Enfarinats
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